Ahora que mi ordenador de trabajo ha muerto, tengo un momento para compartir esta idea.
Durante mucho tiempo, la definición de "juego de rol" se esperaba dentro de los términos propios de un juego. Es decir, se definía un "juego de rol" como la acción de jugar a ese tipo de juegos y se le añadía sus características que eran propias: se interpretan personajes (roles), hay un autoridad creadora y árbitro (director de juego), es un mezcla de teatro improvisado con reglas o el famoso "Pistoleros e Indios" pero sin los "-Te he dado -No, no me has dado -Sí, sí te he dado", etc.
Sin embargo, pensando es las distintas necesidades y exigencias que cada jugador tiene con el juego (esto es, algunos desean "realismo", otros "interpretación", otros "inmersión", otros "matar monstruos y llevarse sus cosas"), quizá la construcción de la definición sea artificial. Es decir, no hay un conjunto de características comunes o aquellas que sí lo son, no son definitorias.
Así que pensando sobre esto, he aquí un comentario. ¿Qué ocurriría si "juego de rol" no es definible como juego sino como producto? ¿Qué ocurriría si se creó para definir una nueva industria del ocio, a falta de otro término y que, con el paso del tiempo, otros se unieron a ella? Esto es, imagina que en los comienzos se necesitaba una nueva palabra para definir ese estilo de juego que no encajaba o, que bien, quería distinguirse de los demás. Es, para decirlo claramente, una respuesta de
marketing, probablemente creada de forma incosciente pero que sirvió para aglutinar a todos esos nuevos juegos. Esto sería como decir que, en vez de llamar a un juego de rol "teatro improvisado con reglas", son aquellos juegos producidos por la industria rolera.