Cuando estas intentado diseñar un juego todo surge como una pequeña idea. Comentas la idea y surgen opiniones. Quizá, te pones a esbozar esa idea y escribes sobre ello. ¡Algunas personas pueden incluso interesarle! Así que das el siguiente paso: redactar esas ideas y darle una forma. Escribes algo parecido a un borrador. Y quieres dar el siguiente paso: mejorarlo. Y para eso, todos los diseñadores coinciden en una cosa, tienes que ponerlo a prueba, dejar que otras personas lo usen y saber qué piensan de ello. Laws resume en seis características lo que convierte a un playtester en un gran playtester:
- Buena voluntad para conectar con la premisa. Es decir, olvidarse de gustos personales y conocer los objetivos del juego.
- Probar al juego de verdad. Los comentarios sobre el texto no valen si no hay una experiencia en la mesa de juego.
- Habilidad por montar un grupo con ideas similares. Tener un grupo que aguante las confusiones, líos y fallos durante las pruebas de juego.
- Retroalimentación (feedback) detallado y específico. Proporcionar informes precisos sobre lo que ha ocurrido en la partida, qué ha fallado y por qué.
- Imparcialidad emocional. Aceptar las sugerencias tanto las que se adoptan como las que no. Es decir, tu opinión no cambiará porque el diseñador cree que tu sugerencia no es buena.
- Probar las reglas tal y como son. Tal y como están escritas. No crear reglas caseras. La finalidad de las pruebas es saber cómo funcionan las reglas o fallan.
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