Hace poco más de diez años, unos hermanos volaron por primera vez. Años después, un brasileño hizo lo mismo, pero la prensa y los cinematógrafos capturaron su hazaña. Ahora hay guerra en Europa. La Gran Guerra. La guerra que acabará con todas las guerras. Y una nueva arma, el arma aérea. Ya lo probaron, en Libia, y ahora van a usarla. Así que vuelas, en un pájaro de madera y tela, y observas. Dentro de poco tendrás máquinas fotográficas para no tener que hacer anotaciones en el mapa. Y allí abajo sigue la guerra, inamovible; una carnicería llena de cuerpos destrozados y almas rotas. Pero desde ahí arriba no se siente la muerte de la ametralladora y la artillería terrible se convierte en destellos.
Allí, a miles de pies de altura, eres un ícaro. El ruido de la guerra aún no ha llegado. Pero no duró mucho. Un holandés, un tal Fokker, ha inventado un mecanismo. Ahora los alemanes pueden poner una ametralladora en esa caja de madera y tela, y disparar a través de la hélice. La ametralladora que acabó con la caballería y acaba con la infantería ahora está en los cielos para hacer estrellar a los ícaros contra las rocas.
10 de septiembre de 2008
Algo en la cabeza
Llevo meses con una idea en la cabeza. Pero hasta ayer no escribí algo. A modo de introducción.
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Caballeros del Cielo,
inspiración
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2 comentarios:
Becoming the Dragon, pero con mucho más estilo. Bien.
De ahí viene la inspiración. No sé si con más estilo, pero espero que haya reglas de munición :D
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